miércoles, 4 de julio de 2012

Narcos y policía, de la mano

A seis meses dela Masacre de Villa Moreno y a diez días del asesinato de otro militante, los movimientos populares de Rosario exigen la depuración de las fuerzas policiales y la resolución de las causas judiciales.



Frente a Tribunales  

El lunes 2 de julio, el movimiento territorial 26 de Junio atraviesa Avenida Pellegrini y se planta, una vez más, como cada mes, en la escalinata de los Tribunales Provinciales para exigir justicia por Jere, Mono y Patom, los tres militantes asesinados en Villa Moreno la primer madrugada del año. Este mes, lamentablemente, suman a César Oviedo, compañero asesinado por un "soldadito" el pasado 20 de junio.

La Masacre de Moreno tuvo repercusión nacional. La presión social ha generado que en la causa específica del Triple Crimen todos los imputados hayan sido procesados y afronten el juicio privados de la libertad.

Pero los hechos de barrio Moreno revelaron las vinculaciones entre narcotráfico, fuerzas policiales y sectores del poder judicial. "En la causa anexa N9 ya existen imputados como el policía de mayor jerarquía, comisario Carrillo, Jefe de Inspección; junto al comisario Santana, jefe de la Comisaría 15, ambos responsables de la zona que han sido desplazados de sus funciones", comenta a Marcha Pedro Salinas, vocero del M-26. "También han sido citados a declarar el Jefe y el Subjefe dela Unidad Regional II  (Rosario), Arismendi y Cabrera. Estamos a la expectativa del desenvolvimiento de la causa, que en lo inmediato también tendría que tener una resolución del juez".


Malestar en seguridad

Luego de cambios en las cúpulas de las fuerzas policiales a cargo de la ciudad de Santa Fe y Rosario, el ministro de Seguridad, Leandro Corti, renunció por diferencias en el dispositivo de seguridad para el partido de Rosario Central y Patronato. El 11 de junio asumió como ministro Raúl Lamberto, quien, además de reciclar un proyecto de desarme voluntario, no ha avanzado en reformas y líneas contundentes que produzcan cambios en la institución policial.

"Queremos ser claros", subraya Salinas, "el Ministerio de Seguridad lo que debe hacer desde un principio es enfrentar una depuración integral y profunda de la fuerza policial. No estamos de acuerdo con los dichos del nuevo ministro, Lamberto, de que son sectores minoritarios de la fuerza los que ensucian el uniforme. Creemos que es la propia Policía la que promueve y es la principal cómplice de este negociado a costa de la vida de los pibes nuestra ciudad".


El tesoro de los inocentes

"Con Cesar nos conocimos hace cinco años", relata a Marcha Gabriel Luna, amigo y compañero. "Éramos amigos en otro barrio. Al tiempo, hicimos unos arreglos en casa y le dije que se viniera, que en este barrio se estaba un poco mejor".

Gabriel ya estaba integrado al Movimiento y al poco tiempo César empieza a participar de las asambleas. "Era muy tímido, muy callado. Él no era de hablar, escuchaba y se ponía con lo que salía de la asamblea. Hacía cuatro meses que se había sumado al Movimiento. Ese día, habíamos estado en el local en asamblea, él solo se había anotado para ir al Puente Pueyrredón por los diez años de Darío y Maxi. Yo me quedo en una  reunión y un rato después me llaman que César estaba tirado con un tiro, pero cuando llego ya no estaba, lo habían llevado al HECA".

A Cesar, después de una discusión, lo mató un "soldadito", un pibe muy joven que custodiaba el quiosco-bunker de droga del barrio. Un pibe abandonado por la escuela, el club, el trabajo formal, las instituciones, al que un narco le paga muy bien, le da un fierro con la impunidad asegurada y mucha “alita” de arriba. El pibe se envalentona, se cree que manda en el barrio, que es el más guacho, el más picante. Pensemos como se repite esta foto en los conurbanos del país.

Frente al pibe, un muchacho joven que se organiza y cuerpea esa realidad. Las organizaciones populares generan esas otras posibilidades, alientan la participación y el protagonismo de una juventud que busca, entre los escombros, reconstruir los lazos sociales comunitarios en las barriadas populares.    

"Era una persona que tenía muchos proyectos, muchos sueños. Tenía un caballo y un carro, con eso cartoneaba o hacía alguna changa. Estaba pensando en comprar un caballo más grande, mejorar el carro. Soñaba con una casa para vivir solo", cuenta Gabriel. "Se fue de la asamblea con una sonrisa, en esa asamblea habló. Y esa fue la última imagen, la última vez que lo ví". 

Fuente: marcha.org.ar

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