martes, 21 de abril de 2015

La guerra química contra los pueblos

En los pequeños pueblos de la pampa argentina, las fumigaciones con glifosato enferman a la población y contaminan la vida. La resistencia al modelo de agricultura industrial crece día tras día. Por Raúl Zibechi



lunes, 13 de abril de 2015

Salvavidas de plomo

Según la voz de mando, nuestros países deben creer en la libertad de comercio (aunque no exista), honrar la deuda (aunque sea deshonrosa), atraer inversiones (aunque sean indignas) y entrar al mundo (aunque sea por la puerta de servicio).

Entrar al mundo: el mundo es el mercado. El mercado mundial, donde se compran países. Nada de nuevo. América latina nació para obedecerlo, cuando el mercado mundial todavía no se llamaba así, y mal que bien seguimos atados al deber de obediencia.

Esta triste rutina de los siglos empezó con el oro y la plata y siguió con el azúcar, el tabaco, el guano, el salitre, el cobre, el estaño, el caucho, el cacao, la banana, el café, el petróleo... ¿Qué nos dejaron esos esplendores? Nos dejaron sin herencia ni querencia. Jardines convertidos en desiertos, campos abandonados, montañas agujereadas, aguas podridas, largas caravanas de infelices condenados a la muerte temprana, vacíos palacios donde deambulan los fantasmas...

Ahora es el turno de la soja transgénica y de la celulosa. Y otra vez se repite la historia de las glorias fugaces, que al son de sus trompetas nos anuncian desdichas largas.

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¿Será mudo el pasado?

Nos negamos a escuchar las voces que nos advierten: los sueños del mercado mundial son las pesadillas de los países que a sus caprichos se someten. Seguimos aplaudiendo el secuestro de los bienes naturales que Dios, o el Diablo, nos ha dado, y así trabajamos por nuestra propia perdición y contribuimos al exterminio de la poca naturaleza que queda en este mundo.

La Argentina, Brasil y otros países latinoamericanos están viviendo la fiebre de la soja transgénica. Precios tentadores, rendimientos multiplicados. La Argentina es, desde hace tiempo, el segundo productor mundial de transgénicos, después de Estados Unidos. En Brasil, el gobierno de Lula ejecutó una de esas piruetas que flaco favor hacen a la democracia y dijo sí a la soja transgénica, aunque su partido había dicho no durante toda la campaña electoral.

Esto es pan para hoy y hambre para mañana, como denuncian algunos sindicatos rurales y organizaciones ecologistas. Pero ya se sabe que los paisanos ignorantes se niegan a entender las ventajas del pasto de plástico y de la vaca a motor, y que los ecologistas son unos aguafiestas que siempre escupen el asado.

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Palabras enviadas a los cordobeses que se levantaron contra Monsanto en diciembre de 2012
Los abogados de los transgénicos afirman que no está probado que perjudiquen la salud humana. En todo caso, tampoco está probado que no la perjudiquen. Y si tan inofensivos son, ¿por qué los fabricantes de soja transgénica se niegan a aclarar, en los envases, que venden lo que venden? ¿O acaso la etiqueta de soja transgénica no sería la mejor publicidad?

La voz de los nadies

Fue nadie
campesino
indio
palestino
niño fumigado
explotado
obrero reprimido
exiliado
desaparecido
homosexual
mujer y hombre


fue bosque
montaña
ríos y mares
rabia
sueño
utopía y realidad

fue días
y es Palabra andante
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Hoy se fue un Maestro. Voz de los sin voz. Mejor dicho, de los que tienen voz pero nunca son escuchados. Compromiso, palabra, lucha. Todo eso, y mucho más, fue Eduardo Galeano. Lo homenajeamos recopilando algunos textos sobre esta noticia. Y no olvidemos que el mejor homenaje es leerlo y luchar por otro mundo en el que los oprimidos de las crónicas de Galeano sean parte del pasado y no presente. Otro mundo que no esté al revés. ¡Buen viaje, Maestro!

viernes, 10 de abril de 2015

Las mujeres originarias unen a la Argentina en una marcha histórica

Declaración pública de la Organización de la 1er Marcha de Mujeres Originarias por el Buen Vivir


Quienes integramos la 1er Marcha de Mujeres Originarias por el Buen Vivir, que se realizará el 21 de abril con la participación de las 36 Naciones Originarias en Argentina, vemos necesario expresar algunas reflexiones a raíz de algunos sucesos ocurridos en estos días teniendo en cuenta que comenzamos el mes de los Pueblos Originarios.

Desde la constitución de este Estado se construyó un imaginario de país en el que los pueblos originarios no teníamos cabida. Doscientos años han transcurrido desde el nacimiento y los sedimentos racistas, europeístas, emplazados en las bases constitutivas “de la patria“. No han sido removidos por ningún gobierno Dos argentinas parecen disputarse el derecho a existir. Una recoge la mirada y el mandato de la generación de los ‘80, siglo XIX, la cual pretendía la desaparición absoluta de todo vestigio y rasgo que nos vinculase a indoamérica, la fantasía de este sector llevaba a colocar a Argentina como una extensión de Europa en este continente. El exterminio no solo fue físico sino también cultural y la negación absoluta de nuestra existencia. Este modelo de país exterminó a decenas de pueblos originarios de los cuales nunca conoceremos su espiritualidad, danzas, culturas como así también ha arrasado con ecosistemas enteros irrecuperables. Beneficiando siempre al poder económico extranjero quienes son los que definen el destino de este país.

El otro país va emergiendo desde las más profundas raíces de la tierra y se abre paso resquebrajando el sólido cemento europeísta y racista. Va floreciendo alimentado por la memoria, la espiritualidad y el respeto a la vida, esa Argentina entrelaza sus raíces milenarias desde los Pueblos Originarios hacia los hombres y mujeres del mundo que desean originar un nuevo modelo de sociedad, un nuevo modelo de país. Argentinos y argentinas que tienen sus raíces inmigrantes, que no se identifican con el legado de la generación de los ´80, ese modelo de país comienzan a buscar en los pueblos originarios, su identidad, su arte de habitar, caminan decididos a dejar atrás la oscura historia de despojo, saqueo, abusos, y discriminación. Fluye en esos argentinos y argentinas una vertiente fuerte de solidaridad con los pueblos originarios y les urge develar la verdad oculta por la historia oficial.
La historia oficial argentina ha sido construida desde la mentira, intelectuales sicarios han vendido sus mentiras para desligitimar el derecho de nuestros pueblos y eludir la justicia. Desde el poder nada ha cambiado, hoy en pleno siglo XXI los reclamos de los pueblos originarios siguen sin ser oídos. El “malón de la paz” hoy encuentra su analogía en el acampe de las/os hermanas/os de Formosa y la Conquista al desierto se repite cuando al Pueblo Mapuche se lo acusa de incendiarios en la Patagonia y terroristas, como chivo expiatorios para no revelar que detrás de estos incendios intencionales están las empresas mineras y especulación inmobiliaria.

jueves, 9 de abril de 2015

Tres tristes indios

Para el Estado existen tres tipos de indios. El más atrayente de todos es el indio muerto. Es el espécimen por antonomasia que conservan celosamente los museos. Es el preferido de los académicos. Es un “tema” que da prestigio y a través del cual es relativamente posible conseguir subsidios para investigaciones. El indio de la repisa, se encuentra inmóvil, quieto, sin el menor atisbo de movimiento, es muy agradable de etiquetar. Permanece en el estante donde se lo rotula invariablemente en tiempo pasado: habitaban, creían, cazaban, comían. Son habitantes de una vitrina, son la autentificación de una presencia. También es utilizado por los que sitúan la crueldad en el pasado. El problema quedó atrás y los únicos malvados son Roca & Cia.


El segundo ejemplar, todavía presenta rasgos que lo hacen agradable, es el indio fenomenizado. Un indio que oscila entre lo circense y caso de libro, entre exótico y lo folklórico. Espectáculo o tema antropológico. El prestigio de su estudio se incrementa en virtud de la lejanía y de la dificultad para ir a observarlo en su “hábitat”. No causa problemas siempre y cuando se mantenga dentro de esos parámetros de exotismo, es decir, danzando y pronunciado conjuros a la naturaleza, no molesta. Incluso puede devenir en fugaz artista televisivo grabando algún CD utilizando sus “primitivos” instrumentos musicales.

Sin embargo, cuando un originario advierte que sus bosques son arrasados por la soja, cuando extraen recursos naturales como el petróleo destruyendo el medio ambiente que rodea a su comunidad, cuando abandona su tierra corrido por empresarios privados o directamente por el poder omnímodo del Estado como el caso de los qom de La Primavera y alza su voz y sus brazos en busca de ayuda y justicia pierde toda simpatía, comienza a molestar. Ese indio que vive, que es real, que transpira y sueña, al que le fue arrebatado todo y necesita un trabajo, indudablemente molesta. Incomoda su tenaz y cariñoso arraigo a la tierra, esa “tierra que camina” como los denominó alguna vez Atahualpa Yupanqui. El indio vivo siempre molestó. Desde Roca a Gildo Insfrán. Incluso algunos, a quien su camiseta política no les deja ver el bosque de la realidad, los acusan de elegir mal a sus interlocutores. Un invisible no tiene chances, no tiene opciones. Aun no llegó el Nunca Más de los Pueblos Originarios. Siempre es Más.

miércoles, 8 de abril de 2015

FeSProSa exigió la prohibición del glifosato en Argentina

"Es probable que el glifosato sea cancerígeno". Esa es la conclusión a la que llegó la Agencia Internacional para la Investigación sobre el Cáncer (IARC, por sus siglas en inglés), que depende de la Organización Mundial de la Salud (OMS).


La entidad acaba de difundir los resultados de un estudio que pateó el tablero del modelo de agronegocios. Así, la denuncia que desde hace años vienen haciendo vecinos afectados y científicos fuera de las órbitas de las corporaciones cobró un renovado impulso.

En nuestro país se aplica glifosato a más de 28 millones de hectáreas. Cada año, los suelos son rociados con más de 320 millones de litros, lo que implica 13 millones de personas en riesgo de ser afectadas, según datos de la Red de Médicos de Pueblos Fumigados (RMPF).

No sólo la soja es adicta al glifosato: también se usa para el maíz transgénico y otros cultivos. Donde cae el glifosato, sólo crecen los organismos genéticamente modificados. Todo lo demás muere.

La Federación Sindical de Profesionales de la Salud de la República Argentina (FESPROSA-CTA), que representa a más de 30 mil médicos y profesionales de la salud en la Argentina, es miembro del Colectivo Socio Sanitario Andrés Carrasco. Andrés Carrasco fue un investigador del CONICET, fallecido hace un año, quien demostró los daños del glifosato en embriones. Por difundir sus investigaciones, fue atacado por la industria y las autoridades del CONICET. Hoy la OMS le da la razón.

El glifosato no sólo provoca cáncer. También está asociado al aumento de abortos espontáneos, malformaciones genéticas, enfermedades de la piel, respiratorias y neurológicas.

Las autoridades sanitarias, en particular el Ministerio de Salud de la Nación y los poderes políticos no pueden seguir mirando para el costado, El agronegocio no puede seguir creciendo a costa de la salud de los argentinos.

Los 30 mil profesionales de la salud de Argentina de la FESPROSA pedimos que se prohíba ya el glifosato en nuestro país y que se abra un debate sobre la necesaria reconversión de los agronegocios, con la aplicación de tecnologías que no pongan en peligro la vida humana.

Por Prensa FeSProSa. Equipo de Comunicación de la Federación Sindical de Profesionales de la Salud de la República Argentina (FESPROSA)