jueves, 5 de julio de 2012
La traición a Belgrano y San Martín
Nunca las armas contra el propio pueblo - era la consigna del primer código militar y las precarias e incipientes fuerzas de seguridad de los distintos territorios de lo que luego sería la Argentina.
Fue la herramienta fundamental para representar la ética de las fuerzas revolucionarias que debían empezar a construir una nueva nación sobe la faz de la tierra a partir del respeto por su propia gente.
Eso decían y hacían cumplir, hombres como Belgrano y San Martín.
A partir de Roca y Ricchieri, el ejército traiciona aquel mandato ético fundacional y no será casualidad, entonces, que las fuerzas armadas nacionales y las provinciales se hiciera expertas en perseguir argentinas y argentinos que pensaban diferente a la matriz de los poderosos que obliga a obedecer el orden de las minorías.
El gatillo fácil del presente es hijo directo de aquella violación del principio rector que emergió con dos revolucionarios exiliados –uno afuera y otro adentro- condenados a morir en la pobreza y la soledad.
El problema del presente, sin embargo, reside en los discursos del gobierno nacional que se jacta, justamente, de ser respetuoso de las manifestaciones y las protestas sociales y altamente sensible ante las urgencias existenciales.
La propia presidenta, Cristina Fernández de Kirchner, en uno de sus últimos discursos emparentó la muerte de nueve gendarmes y tres personas más a un conflicto sindical en la provincia de Chubut. Una declaración triste de alguien inteligente.
Pero ahora el panorama parece agravarse.
La información sostiene que existe un denominado Plan Nacional de Abordaje Integral, diseñado por los ministerios de Desarrollo Social, Defensa y Seguridad.
Según el reconocido periodista de investigación Daniel Santoro, “por órdenes del ministro de Defensa, Arturo Puricelli, las fuerzas armadas se desplegaron rápidamente. El Ejército mandó tropas y equipos a cuatro barrios pobres de la localidad bonaerense de San Martín, cercana a Campo de Mayo; la Fuerza Aérea desplegó un hospital militar de campaña y otros equipos en la villa “1-11-14”, ubicado en el Bajo Flores detrás de la cancha de San Lorenzo y la Armada a la villa 31 de Retiro”, revelaron fuentes militares, consigna el cronista.
Agrega que el ministro “enmarcó el Plan AHÍ en las estrategias de contención social de la Unión de Naciones Sudamericanas. “No se hará ninguna diferencia con nuestros hermanos sudamericanos, nuestra política internacional está integrada en función de la UNASUR”, sostienen en el ministerio”, añade la nota citada.
De acuerdo a la información, “el despliegue comenzó a principios de junio y se mantiene. Lo que cambió es la estrategia comunicacional. De actos con presencia de ministros en las villas y difundido ampliamente por el gobierno se pasó a un bajo perfil. Aunque no hay una explicación oficial, las fuentes suponen que no se quiere que se interprete esta movida como una medida preventiva ante un aumento hipotético de la conflictividad social de mano de la desaceleración de la economía”, apunta Santoro.
Si se confirman estas noticias, la enorme brecha entre el discurso que sostiene la sensibilidad del gobierno en relación a las cuestiones sociales y sus respuestas militares y concretas, volverá a poner a la vida cotidiana de los argentinos ante una renovada traición a aquellos mandatos de Belgrano y San Martín.
Fuente de datos:
“Clarín”, domingo 1 de julio de 2012.
Por Carlos del Frade
Agencia de Noticias Pelota de Trapo
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario