El 23 de noviembre de 2010, luego de más de cuatro meses de corte de ruta, la policía provincial reprimió a la comunidad Potae Napocna Navogoh (La Primavera) de Formosa. Ese día fue asesinado el abuelo qom Roberto López y también murió un policía. Ni antes, ni después de esos hechos la comunidad dejó de luchar por lo que les pertenece: sus tierras.
Luego de la represión vino el procesamiento de una treintena de miembros de la comunidad, ninguno del lado de la policía. También el acampe en Buenos Aires, la huelga de hambre, las cadenas, las promesas incumplidas y el levante de las carpas en la 9 de julio tras cinco meses de resistencia.
Antes del nefasto episodio del 23 de noviembre y más aún después, una figura hizo visible la lucha no sólo de su comunidad sino de los Pueblos Originarios del país: el qarashe Félix Díaz.
A punto de cumplirse tres años de la feroz represión, Félix pasó por Rosario y brindó una memorable charla sobre la lucha de los Pueblos Originarios en la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional de Rosario. La Brújula dialogó con el líder qom.
En la primera semana de noviembre se conoció otro atropello más para la comunidad: Félix junto a otros tres miembros fueron procesados por “robo de armas” y por ataques a efectivos policiales en la mañana de la represión en 2010.
- ¿Cómo repercutió esta mala noticia y qué medidas piensan tomar?
Para mí decir que es “mala” es exagerado. Porque nosotros estamos acostumbrados al maltrato y a la discriminación. Así que no es algo que nos sorprenda, porque sabemos que lo que hacemos es algo diferente a lo que hace el gobierno y somos conscientes de lo difícil que es esta lucha. Y lo que queremos es seguir sosteniendo la postura de buscar la autonomía para poder trabajar desde nosotros. Y que la Justicia respete nuestra autodeterminación como pueblo, porque las mismas leyes nos facultan a tomar decisiones de esta naturaleza.
-¿Cómo fue el armado de esa mañana por lo que se los acaba de procesar?
Para nosotros fue algo preparado. El 22 de noviembre recibí un mensaje de una mujer de Formosa capital que decía que un contacto suyo dentro del Servicio de Inteligencia de la provincia le había alertado que había órdenes desde el ejecutivo para que me maten. Esta mujer dijo: “Van a ir a matarte Félix. Por favor, retirate”. Yo nunca creí eso porque estando vigente la Ley 26.160 (que prohíbe cualquier acto procesal o administrativo para poder desafectar a las tierras indígenas o desalojar) confié de que se iba a aplicar a nuestro favor. Nunca creí que íbamos a sufrir esa represión.
A la mañana aparecieron los Celia, los criollos que ocupan nuestras tierras, acompañados por el comisario Caje de Laguna Blanca. Estuvieron en el territorio haciendo constatación de una supuesta denuncia de los Celia de un corte de un alambre (algo que se caratula como daño y perjuicio a una propiedad privada). Fuimos a averiguar que pasaba y cuando me acerco, lo primero que hizo Celia fue dispararme con una pistola. En ese momento estaba presente el comisario Caje y no hizo nada, ni siquiera un grito de “alto al fuego”. Miembros de la comunidad interpelaron al comisario, le decían: “¿Para qué viniste acá? ¿Para ver que mataran a nuestro líder?”. La respuesta del comisario fue un sí. Entonces hubo un forcejeo y la policía dejó tiradas sus armas y salieron corriendo. Esas armas que fueron dejadas en el suelo y que supuestamente fueron robadas son por las que se emitió la orden judicial. Nadie las tocó y no sabemos en que manos terminaron. Por eso a nosotros nos imputan que le hemos robado armas a los policías. Y también la causa dice que abusamos sexualmente a una mujer policía. Esas causas fueron inventadas por la misma policía y fueron las que terminaron en este procesamiento.
-Además fue la justificación para la represión que vendría horas más tarde…
Justamente se armó eso para poder justificar la intervención de la policía, con una supuesta orden de allanamiento. Pero si realmente querían hacer un allanamiento, eso no tenía nada que ver con el corte de ruta. Para desalojar la ruta necesitaban una orden judicial del Juzgado Federal, pero esa orden nunca fue emitida. Pero la policía se metió y nos reprimió y mató a un hermano nuestro. Y como si fuera poco, esa misma tarde quemaron nuestras casas.
-A 3 años de la represión y del asesinato de Roberto López, ¿cuál es el balance?
Estamos en un proceso muy importante por la visibilización de la problemática indígena y de las injusticias que padecemos día a día. Eso nos genera más confianza para seguir trabajando, para que en algún momento la Justicia pueda mirar con respeto a los Pueblos Originarios y no de esta manera. Porque sabemos que esta es una injusticia que se quiere fortalecer para seguir matando gente.
-Con respecto a la visibilización, ¿Qué rol jugaron los medios alternativos y los tradicionales?
Para nosotros ha sido muy importante la difusión del tema. Hemos visto el caso en diferentes medios, en las redes sociales, en medios alternativos. Muchas veces en Canal 13 o Radio Mitre salimos al aire denunciando estos hechos. Gracias a eso hemos podido instalar el tema en la sociedad. Y gracias a eso hay un reconocimiento enorme por parte de la sociedad de lo que esta pasando con los pueblos indígenas en Argentina.
-El gobierno provincial anunció en octubre que el Instituto de la Universidad de Formosa no va a ser instalado en el territorio de la comunidad. ¿Cómo recibieron el anuncio?
Nosotros sabemos que la Universidad no se va a instalar ahí porque la medida cautelar y el recurso de amparo sigue vigente en la Corte Suprema, por lo tanto no se puede hacer ninguna tarea en ese predio. El Gobierno no puede disponer del territorio porque primero se tiene que resolver la situación en la corte. Si el estado provincial trasladó el proyecto hacia el predio de la Escuela Agrotécnica de Laguna Blanca, para nosotros no cambia nada porque el terreno sigue en manos de gobierno de Formosa.
-Además ya se habían realizado los trabajos de desmonte y algunos trabajos en el terreno…
Sí, se hizo ese trabajo antes de la instalación de la Universidad y por eso lo rechazamos y salimos a cortar la ruta para frenar esa obra.
El modelo extractivismo (agronegocios, megaminería, hidrocarburos) es resistido por los Pueblos Originarios. Quizás su peso más grande se encuentre en la sojización y sus consecuencias. La presentación del Plan Estratégico Agroalimentario 2020 fue otra apuesta del gobierno a profundizar aún más este camino.
- ¿Cómo afecta este modelo a la vida indígena?
La verdad que preocupa porque se están mirando los territorios indígenas, porque la mayoría están intactos de las contaminaciones ambientales. Por lo tanto ahí es donde se pueden generar recursos económicos ignorando la oposición de las comunidades. Creo que ese es uno de los enormes riesgos que corremos como pueblo: que no se respete nuestra decisión. Y ojalá que no se avance con esta política de expropiación de territorios indígenas, porque eso genera más muerte para nosotros, más hambre, porque en las tierras radica la vida. Si se destruye monte, se esta destruyendo medicamento que podría salvar vidas, alimento, leña, los recursos naturales que son el medio de subsistencia de los indígenas. Destruir esos recursos es tener como presa a los Pueblos Originarios: expuestos al hambre, a las enfermedades y las necesidades de construir su rancho, genera la dependencia del Estado y este te tiene que proveer agua, te tiene que dar gas, te tiene que dar luz. Para eso hay que tener recursos económicos. El Estado pretende que nos “modernicemos” y estamos lejos porque no tenemos dinero, ni trabajo, ni oficio como para poder trabajar.
-¿La casi nula ejecución de relevamientos territoriales en todo el país tiene que ver con esta situación, para seguir manteniéndola y que los Pueblos Originarios no recuperen sus territorios?
Justamente la política está puesta en eso: para que los territorios no se entreguen a los indígenas, que se mantenga como está. Ese es uno de los peligros que están sufriendo muchas comunidades en todo el país. No es solamente con nosotros, ejemplos como en Bartolomé de las Casas, que anteriormente contaban con 34 mil hectáreas y hoy tienen 13 mil; o Ibarreta que poseía 2800 hectáreas y hoy tiene 150. Ese enorme despojo que el gobierno hizo con los indígenas no tiene explicación, porque no hay un argumento jurídico para poder justificarlo. Es indiscutible el problema territorial de los pueblos indígenas.
-Tu caso es un ejemplo de eso, junto a otros miembros de la comunidad están procesados por “usurpar” sus propias tierras.
Eso es lo que utilizan para silenciar las voces de los líderes indígenas. Crean la causa penal para que no sigan molestando y que no defiendan su territorio. Creo que este es un momento muy especial porque a nosotros nos da más fuerzas para poder seguir resistiendo. Por eso este sábado 23 vamos a estar concentrados en la Ruta Nacional Nº 86 recordando y homenajeando al hermano Roberto López que cayó en defensa de la madre tierra. Ojalá que eso pueda revertir la situación y que nos devuelvan los territorios que tanto reclamamos.
Por Fabián Chiaramello
Fuente: Cooperativa de Comunicación La Brújula
- Fragmentos de la entrevista: video en YouTube
No hay comentarios:
Publicar un comentario