viernes, 3 de febrero de 2012

Ni un pibe más, ni un pibe menos

A un mes del Triple Crimen de barrio Moreno de Rosario, organizaciones sociales y políticas realizaron el miércoles 1 de febrero una jornada nacional de protesta por justicia para Jeremías Trasante, Claudio Mono Suárez y Adrián Patón Rodríguez.


Por Mariano D'Arrigo, desde Rosario.


Familiares y compañeros de militancia valoran la detención del principal sospechoso y dos integrantes de la banda, aunque apuntan a desarticular la trama de negocios entre narcos, fuerzas de seguridad y funcionarios estatales.

Lita avanza en el escenario y agarra el micrófono, pero la bronca y la tristeza le hacen un piquete a las palabras. Justo a ella, protagonista, como su hijo el Mono, de tantas movilizaciones para reclamar por trabajo digno. “¡Fuerza Lita!” le grita una compañera cincuentona, rubia, de remera blanca y bandana multicolor. Toma la posta Pedro Pitu Salinas, referente del Movimiento 26 de Junio, integrante del Frente Popular Darío Santillán. Casi en la puerta de los Tribunales Provinciales de Rosario, pide justicia para Jere, el Mono y el Patón, asesinados por una banda armada en la madrugada del primer día del año.

A la Justicia, como a la suerte, hay que ayudarla. Por eso, una decena de organizaciones sociales y políticas de todo el país realizaron una jornada nacional de protesta para que se enjuicie y castigue a los responsables de este hecho. En Rosario, cerca de mil personas participaron de un festival cultural frente a la sede judicial de la provincia, en el que tocaron bandas musicales y se desarrollaron intervenciones artísticas. También se realizaron actos en Capital Federal, Tucumán, Mar del Plata, Ibarreta (Formosa) y Neuquén.

La punta del iceberg

A las cuatro de la mañana del 1 de enero, tres pibes inocentes fueron los “daños colaterales” de una guerra entre dos facciones de la barra de Newell's. No tratan de demostrar quiénes quieren más a la camiseta, sino quiénes se quedan con el mayor pedazo de la torta de oscuros negocios, como la venta de drogas en los barrios periféricos de la ciudad.

Jeremías Trasante, Claudio Suárez y Adrián Rodríguez estaban sentados en un banco de la canchita de fútbol de la Agrupación Infantil Oroño, en Dorrego y Presidente Quintana. Una banda armada de entre siete y diez personas encabezada por Sergio "El Quemado" Rodríguez los acribilló con una ametralladora FMK 3. Así creían vengar a Maximiliano, el hijo del "Quemado" Rodríguez, quien había sido baleado una hora antes, presumiblemente por "El Negro Ezequiel", vinculado al actual capo de la barra leprosa, Diego “El Panadero” Ochoa.

El palacio y la calle

Para Pitu Salinas la movilización de familares, compañeros de las víctimas y organizaciones sociales de todo el país “fue fundamental” para enterrar la versiones iniciales que hablaban de “ajuste de cuentas” y “frondosos antecedentes penales” de los jóvenes. “En una primera etapa”, agregó, “esto se combinó con el establecimiento de canales de diálogo con las esferas institucionales para generar presión alrededor del esclarecimiento de los hechos y del castigo a los culpables”.

El viernes 6 de enero, luego de la primera marcha, se realizó una audiencia con el gobernador santafesino, Antonio Bonfatti, quien estuvo acompañado de los ministros de seguridad, Leandro Corti; de Justicia, Juan Lewis, y de Gobierno y Reforma del estado, Rubén Galassi. El gobierno nacional aprovechó la oportunidad para pasarle factura al Frente Progresista Cívico y Social, y jugó su carta: la ministra de Seguridad, Nilda Garré, recibió a familiares, prometió intervenir ante el estado santafesino y otorgar asistencia jurídica gratuita.

Poliladron
Desde el primer momento, familiares y compañeros del Jere, el Mono y el Patón, denuncian la complicidad de la policía santafesina con el crimen organizado. Los indigna, por ejemplo, que el suboficial presente en el Hospital de Emergencias Clemente Alvarez en la madrugada del 1 de enero no haya registrado el ingreso del hijo del "Quemado”. Y, sobre todo, que los detenidos en la causa -el “Quemado” Rodríguez, Brian “Pescadito” Strío y Damián “Teletubbi” Delgado- hayan hecho vida casi normal antes de su caída.

Para Gustavo Martínez, secretario general adjunto de la Central de Trabajadores de la Argentina (CTA) regional Rosario “el movimiento popular se enfrenta con una red mafiosa que no solo pone en riesgo la vida de los pibes, sino con la posibilidad real de profundizar la vida democrática”. Se trata de “una organización tan poderosa que maneja ese armamento, que tiene vinculación con los tres poderes del estado en los tres niveles, que tiene recursos para interferir para interferir las comunicaciones de las fuerzas de seguridad y operadores dentro de ellas”. En las barriadas, el narcotráfico “pudre la cabeza de los pibes, que afecta su salud, su independencia, su vida”.

Salinas busca las causas por las que las mafias reclutan tan fácil a los victimarios, que son -a su manera- también víctimas: “Al no encontrar laburo, a la pibada no le quedan muchas más opciones que lanzarse a las convocatorias de estos grupos de delincuentes para hacer plata fácil”. Sin embargo, el desarrollo del movimiento popular les socava su “base”: “Nuestra tarea de reconstrucción del tejido social atenta directamente con el negocio delictivo en los entornos territoriales, al organizar a la juventud, brindarle una perspectiva, incluirlos en proyecto de largo aliento”.

A comisión

Martínez es integrante de la Comisión Investigadora Independiente por el Triple Crimen de Moreno, conformada por representantes de organizaciones populares y de asociaciones de Derechos Humanos. “El desafío es comprobar lo que es un secreto a voces: el Triple Crimen está vinculado con una infinidad de causas y asesinatos anteriores”, afirma. El secretario general de ATE Rosario tiene experiencia en este tipo de espacios, ya que también participó de la Comisión Independiente sobre Diciembre de 2001. En ese caso, asegura, “la investigación sirvió para poner las cosas en su lugar: nada justifica el abuso de las armas de las fuerzas de seguridad o de nadie”.

A pesar de las demoras en las detenciones denunciadas por las familias, de acuerdo a Eduardo Trasante, padre de Jeremías, la investigación judicial ha dado “pasos muy importantes”. Destacan la decisión del juez Luis María Caterina, a cargo de la causa durante la segunda mitad de enero, de procesar al Quemado Rodríguez bajo la figura de autor de triple homicidio y portación de arma de guerra por la muerte de los tres militantes. Esperan que el juez Juan Andrés Donnola continúe el mismo camino y la etapa de instrucción termine con el procesamiento de todos los implicados.

Multiplicar su ejemplo


Después el triple crimen, “la vida social de barrio Moreno había sido clausurada”, reconoce Pitu. Sin embargo, de a poco, las doñas vuelven a tomar mate a las veredas y la canchita del club Oroño se llena de chicos que sueñan con ser el nuevo Messi.

Pero faltan tres pibes. Tres hijos, tres amigos, tres compañeros. Para el Pitu, la imagen más fuerte de este mes no es ninguna reunión con funcionarios, tampoco alguna de las movilizaciones: “Recuerdo la noche del 27 de diciembre, tomando porrones con el Patón, en el pasillo. Estuvimos hasta las 7 de la mañana cagándonos de risa, pero también planificando el viaje a Formosa. Esa fue la última vez que lo vi”.

A mil kilómetros de barrio Moreno, en la lejana Formosa, la Brigada Adrián Patón Rodríguez colabora con la O.C.C.A.P.I. (Organización de colonias, comunidad aborigen y pueblo de Ibarreta) en talleres de trabajo con jóvenes y formación política desde la educación popular. Al Patón no lo dejaron viajar pero está ahí, multiplicándose entre los que la pelean por una vida mejor.

Fuente:  www.marcha.org.ar

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